OFM

La Orden de los Hermanos Menores, fundada por San Francisco de Asís, es una Fraternidad.

Observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

La Orden de los Hermanos Menores, fundada por san Francisco de Asís, es una Fraternidad en la cual los Hermanos, siguiendo más de cerca de Jesucristo bajo la acción del Espíritu Santo, se dedican totalmente, por la profesión, a Dios sumamente amado, viviendo en la Iglesia el Evangelio según la forma observada y propuesta por San Francisco.

Los Hermanos, llevando a una mayor plenitud la consagración bautismal y respondiendo a la llamada divina, se entregan totalmente a Dios sumamente amado, mediante la profesión de obediencia, pobreza y castidad, que han de vivir según el espíritu de san Francisco.

Hermanos

Fieles al sentir de la Iglesia

Los Hermanos Menores, incorporados en el pueblo de Dios, atendiendo a los nuevos signos de los tiempos y respondiendo a las condiciones de un mundo en evolución, tengan siempre un mismo sentir con la Iglesia, hagan suyos sus proyectos e iniciativas y secúndenlos en la medida de sus posibilidades

Fraile

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LA MISION

PRIORIDAD OFM

Toda nuestra Fraternidad es misionera y participa de la misión de la Iglesia, conforme al ejemplo de san Francisco y a su voluntad expresada en la Regla. Cada Hermano, consciente de su propia responsabilidad, asuma la parte que le corresponde en la labor misionera.

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LA REGLA

¡En el nombre del Señor! Comienza la vida de los Hermanos Menores

La regla y vida de los Hermanos Menores es ésta: observar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad. El Hermano Francisco promete obediencia y reverencia al señor Papa Honorio y a sus sucesores canónicamente elegidos y a la Iglesia Romana. Y los demás Hermanos están obligados a obedecer al hermano Francisco y a sus sucesores.

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“El primero y después el único”

San Francisco es conocido como el hombre que más se asemejó a Cristo, vivió “como un hombre nuevo y de otro mundo”, como el hermano universal, como un hombre de paz y de reconciliación, como el Poverello, el amante de los pobres, el cantor de la creación. Es verdad. Pero Francisco de Asís es ante todo un místico, un verdadero contemplativo, un enamorado de Cristo, pobre y crucificado. Francisco no es solo un hombre que reza, sino, como dice su biógrafo Tomás de Celano, es un «hombre hecho oración». La presencia de Dios lo transfigura, hasta convertirlo en otro Cristo.

Última modificación: lunes, 28 de abril de 2025, 19:59